miércoles, 19 de agosto de 2009

Vacaciones montañeras

Ya he vuelto de vacaciones y la verdad es que volví más cansada de lo que me fui! Sí, porque esta vez cambiamos la playa del año pasado por la montaña. Lo cierto es que con ellas me pega más. Es con las únicas con las que voy a la montaña, así que hemos decidido tener vacaciones montañeras todos los años, a ver si se nos logra.
Fuimos al Pirineo Francés, zona recomendada por un tripi al que pedí consejo porque se tiene todos los Pirineos pateadísimos. Nos dio información y sobre ello después nosotras fuimos adaptándolo.
El primer día fue de reencuentro, de prepararlo todo. Nuestro centro de maniobras y origen del viaje fue en Burgos, en casa de Tere. Fue su coche esta vez quien nos llevó, y es que es nuevo!! Tere está muy contenta con su coche (como para no estarlo, jeje)
Ya solo el viaje merece la pena, porque ya solo lo que se ve desde la carretera es una pasada. En la foto se puede ver el pantano de Lanuza, y al fondo Sallet de Gállego.

Ya un poco más allá de Sallent llegamos a Francia. Gabas fue nuestra primera parada. Allí estuvimos dos noches, en el refugio del pueblo. Un pueblo pequeñísimo que no tenía nada de nada. Pero desde allí partía una ruta llamada la ruta de los lagos. Una ruta sencilla, pero muy bonita. La pena fue que ese día hubo niebla, y quizá pasamos por delante de algún lago y no lo vimos... A ratos también se veía el Pic Midi, y digo a ratos, porque a veces la niebla se lo llevaba. Eso le daba cierto misterio.


Al día siguiente fuimos al tren d'Artouste. Una ruta en tren que te lleva a un lago. Vistas espectaculares sin ningún esfuerzo fisico. Pero nosotras queríamos "caña".

Ese mismo día, como terminamos pronto los planes, cogimos el coche y nos fuimos a Gavarnie, un pueblecito con mucho encanto. Sobre todo porque desde allí se ve el circo de Gavarnie que es relamente bonito.
Nos alojamos en el albergue "Le Gypaete" en el que estuvimos muy agusto porque nos dieron una habitación para nosotras cuatro, con ducha. Y las cenas eran una pasada!!! Mucha cantidad, todo buenísimo y en especial los postres. No olvidaré la tarta de chocolate del primer día!! Relamente exquisita!!
Un día hicimos la ruta de los circos. Nos informaron de ella en turismo. Era una ruta larga, pero muy bonita. Cada circo diferente, con más o menos nieve, con ríos... y a lo lejos veíamos la brecha de Rolando, que subiríamos al día sigueinte.
Ese día terminamos cansadas, pero sabíamos que al día siguiente sería otra paliza. Así que pronto a la cama y por la mañana nos despertamos con toda la ilusión del mundo para llegar a la brecha.
La Brecha la vimos hace tres años desde España, cuando estuvimos en el valle de Ordesa. En esa ocasión subimos al Monte Perdido y dejamos pendiente el subir a la brecha. Así que cuando llegamos a Gavarníe y vimos lo cerca que estaba, sabíamos que este año la subiríamos. Además, por lo visto, es más fácil subirla desde Francia, así que allá que fuimos.

No es un camino difícil, de hecho había muchísima gente subiendo. Sí es cierto que mucha gente se queda en el refugio del mismo nombre y ya no sube más, porque después hay que pisar nieve, aunque no hace falta material porque no hay ningún riesgo de caída.

Un vez arriba, en la Brecha, divisando España, nos damos cuenta de que el Taillón está ahí, y que quizá en hora y media estaremos arriba. Así que no nos lo pensamos y allá que vamos. Desde allí las vistas son espectaculares, se ve el Monte Perdido, nuestro primer 3000 hace tres años!! Ahora ya tenemos dos!!!

Pero, sin duda, con el paisaje que me quedo es con el circo de Gavarnie visto desde el refugio de la Brecha. Cuando llegas allí después de la subida y te encuentras con ese escenario... es algo indescriptible. Yo no podía dejar de mirar cuando comimos a los pies del refugio y teníamos esas vistas. Fue algo realmente espectacular, sorprendente, genial, magnífico.

La bajada ya fue relajada, pero aún nos quedaba por acercarnos a la cascada de Gavarnie, que es la más alta de Europa (422metros). Ya estábamos muy cansandas, pero había que ir y en realidad es una ruta fácil y llana. Solo hay una subida al final, pero ya que estábamos allí, había que hacer el esfuerzo!!

Ese día al quitarme las botas, noté un dolor tremendo en los tendones de aquiles, en los dos!! Estaban un poco inflamados... Supongo que sería de las caminatas que nos pegamos, pero me asusté porque en dos días tenía el triatlón de Valladolid, y no sé si lo podría hacer con los tendones así... menos mal que al día siguiente ya nos íbamos. Tocó viaje, con parada en Lourdes... nada que ver con lo que había visto hasta ese día, y desde luego, me quedo con las montañas.
Un viaje genial, de los que quedan en el recuerdo durante mucho tiempo... y con una compañía extraordinaria. Seguimos siendo las cuatro, con nuestras historias e historietas particulares, y escuchándonos unas a otras. Opinando de qué hacer o no hacer, echando alguna bronca por cosas mal hechas, pero siempre desde el respeto y el cariño que nos tenemos unas a otras. Aunque nosotras hemos cambiado en estos 12 años ya, espero que todo eso no cambie nunca.

No hay comentarios: